En la actualidad ingresar a un quirófano para embellecer o mejorar la imagen corporal es considerada una intervención de rutina, aunque se deben tener en cuenta una serie de precauciones fundamentales, como el total conocimiento de los riesgos y beneficios posibles. Además, y lo más importante, hacer una acertada elección del profesional y una intensa autoevaluación sobre los motivos que llevan a la misma.
Para realizarse una cirugía la persona debe estar emocionalmente estable y contenida, no depositar falsas expectativas en la operación (tales como recuperar una pareja, tener más éxito laboral, etc.) y estar preparada para afrontar el cambio de imagen. Por lo tanto, el cirujano deberá en la entrevista saber descubrir aspectos psicológicos ocultos en el paciente.
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